Las japonesas son todas naturales: pechos y coño. No se inyectan silicona, no se afeitan. Y a los hombres les encanta. Y yo le metería la mano en el coño en lugar del dedo, para que se afeite el coño la próxima vez. Por supuesto, estas hembras domésticas fingen que son tan tímidas e indefensas, pero el jugo que gotea demuestra que a ella le gusta mucho. Y el marido le masturba el clítoris a su antojo: ¡ella es sólo un juguete para su pene!
Pues eso, el hermano no tanto. La hermana es genial, es la bomba en cuanto a parámetros. El tipo, en cambio, es débil. Lo vi, pero no con gusto. Se podría decir que eché un vistazo, rebobiné y rebobiné todo el tiempo. No había nada que ver. No había nada original. Al menos se habría insertado alguna pose original. En general, ¡aburrido y sin interés! Consejo de no ver, pierdes el tiempo.
Tema. El mío así.